en un pesebre español
entona papá Pujol
una salve carcelera
que empitona al niño Oriol.
Ecos de una pandereta
resuenan desde el Oriente,
o tal vez sea el doliente
rugir del buche de Iceta
por la fiebre independiente.
Encomendado a la Santa
Madre del Buen Mefisto
marcha Albiol dándose pisto
con la CUP, camino y manta,
de la mano al grupo mixto.
El Ada madrina al toque
con su varita de caza,
abracadabra y cachaza,
trueca con birlibirloque
la carroza en calabaza.
El aire huele a banquillo
y a mierda de caganets
la noche en que con los pies
le desordena el flequillo
a Puigdonjuán doña Inés.