Apágame

I

Apágame el incendio de la carne
ardiente, fuego en el cuerpo, sudor
de mil veranos, róbame el pudor
como William Hurt hizo con la Turner.

Apágame la luz, vela mi sueño
caluroso, tenaz hasta la aurora,
abrázame mujer, mátame ahora,
morir dentro de ti nutre mi empeño.

Apágame la vida pegajosa
que me ata como faro a la bahía,
susurra obscenidades con saliva.

Dispárame una bala primorosa
de hielo, refrigera mi agonía
y huye a un mar del sur, solitaria diva.

II

Apágame las dudas sempiternas
que crujen furtivas en mi cabeza,
apaga mis temores por la pieza
que habré de preferir entre tus piernas.

A Amy persigo en cada viñeta
del álbum de mis héroes favoritos,
es a Amy a quien persigo, lo hago a gritos
¡burla de ninfómana pizpireta!

Corazones que mueren y que matan,
corazones en fuga y contrapunto
a la espera del día más doloroso.

Amores que otros amores delatan
en vital competición. Me pregunto:
¿Quién más locuaz que Bob el Silencioso?

Queen

¿Quién fuiste en una vida más temprana?
quizá ministro o un alto ejecutivo
pues conservas ese gen evolutivo
que al rostro da color por la mañana.

¿Quién serás después de ahora, can huraño?
funcionario o agente mamporrero,
puede que militar a lo Tejero
o hasta puede que ocupes un escaño.

No te faltan astucia y disciplina
si bien de instinto andas más bien escaso
rendido al discurrir de la rutina.
Ladras más que muerdes, ese es el caso,
buscando de los hombres la propina
cual político a orillas del fracaso.

El loro

Qué pichipichi me he comprado nena
y un táviro a pilas para mi nieto
que ya tiene dos dientes mi Aniceto
¿te he dicho que fui al cine con Elena?
Mi Paco como siempre con sus quejas
¿cómo dices? qué va es muy bueno Tere
no para de decir lo que me quiere
y lo bien que me salen las lentejas
¡Ah! tú no sabes que me he mudado
a un dúplex en Silentaun con piscina
y ya lo tengo entero decorado
y tú qué hija te veo bien ¿qué tal Fina?
¿quieres que te traiga algo del mercado?
no hace falta me queda una aspirina.

Alzheimer

¿Quién soy yo si me quitan los recuerdos?
¿Quién cuando haya olvidado a los amigos?
¿Quién soy yo rodeado de testigos
del naufragio silente de los cuerdos?

Entusiasta eutanasta de una vida
que a golpes y despacio se hace ajena,
maldigo a quien te impuso esta condena
maldigo no encontrar una salida.

El taburete

Oduga olugná, atejus neib, adigír
oleic la odnatnupa sivlep aduga
oreicinrof odnarepse asnam auga
oded odemúh, nóisrot asorugir.

Agrev al enu es nítsef la asomina
soreducse seleif sod a adaznava
orerot la natlaf el on selava
ocreup, rodatam etnama, lamina.

Anu ed nos la sodimeg sol namosa
solevsed ed adagurdam anrete
onitsed nu a sopreuc sod sodaicosa.

Otnesopa led zedivargni aeréte
ed etreni aicneserp al noc, salos a
roma led otnetsus, el taburete.

Elogio a un tiempo mejor

Obsérvalos sufrir (de qué manera)
dañados de rigor, gacha la testa,
perdidos entre nubes de ecuaciones.

Cuán presto cuando el tiempo ya no espera
inicio la frenada en plena cuesta
herido de olvidadas emociones.

Fugazmente pasó la borrachera.
De postre perdí al mus la última apuesta.
La pica es ahora un as de corazones.

Alfred

Falsario de la culpa y la autoayuda,
del Pájaro sin jaula enjaulador,
amigo de las rubias, narrador
del Alma ensombrecida por la duda.

Sospecho magna Trama de razones
para un Frenesí tan edulcorado,
Sospecho en plano corto y en picado
tu huida Con la muerte en los ladrones.

Recuerda, tú que pueblas las alturas,
que el Vértigo a subir Encadenado
bien vale Confesar las travesuras.

Nos queda −Dios existe− ese legado
del gran auteur que fuiste en horas duras,
aquel que siempre supo demasiado

(de cine y de la vecina de al lado).