viernes, noviembre 14, 2008

Un rumor se propaga con el viento

Un rumor se propaga con el viento
fatal, desaforado, caprichoso,
insidia infantil, crueldad con poso
de ignominia, de foco virulento.

Un rumor va anticipando el momento
de quitarnos la ropa ante el coloso,
de extirpar de la boca eso pringoso
que enturbia con palabras nuestro aliento.

Un rumor como fondo de pantalla,
tararí de trompeta con sordina
que envenena, amortaja y encanalla.

Contra la voz de Safo aquella inquina
colegial, ninguna garganta calla
cuando hasta el respirar ya desafina.


To B. (o no ser)

Enredando a hurtadillas mi pellejo
con besos mal paridos del subsuelo
las verdades, deudoras de otro cielo,
dejan paso a las farsas del espejo.

Y en la hora nona, la de la agonía,
mi nombre escucho desde una escombrera,
por no esputar sobre tu calavera
me alejo buscando la luz del día.

Yo que al alba, al estertor de los gallos
al horizonte en coche de caballos
te hubiese llevado contra la ley.

Si decides quererme no me abraces
que ya es turno de abrirse los disfraces
but if you hold me don't take your arms away.


Crepuscular

Recuerdo cuando el beso de Iscariote
de tu boca hizo escala en mi mejilla
mientras me iba a morir hacia la orilla
del mar de la rutina de otro escote.

Recuerdo aún cuando envuelta en tu aureola
de diva de un glamour que a bien tuviste
me vendías el agua y el alpiste
a punta de cariño de pistola.

Recuerdo al fin ese último escenario
de Sunset Boulevard haciendo esquina
con algo parecido a la arrogancia.

Y a voces un secreto de sumario
que atrona lancinante en la piscina
y una febril sirena de ambulancia.


Esta vez

Esta vez no me salgo con la suya
esta vez no me muero por la boca
que este oro en que convierte lo que toca
no me ciega esta vez, no me apabulla.

Esta vez no me asomo a su ventana
no encallo en la pecera de su pez
no me quito la ropa, no esta vez
acreedora de carga más liviana.

Esta vez no me quedo sin resuello
esta vez represento otro papel
esta vez no me agarra por el cuello
ni me deja sin parte en el pastel
ni festeja esta vez mi descabello
con lágrimas de plomo en su burdel.


Ruido

Parece que fue ayer cuando mañana
en vísperas del día de después
dispuso los minutos del revés
la táctica del tactic: filigrana.
Las horas naufragando en la semana
que empieza cuando llega fin de mes
al par que desandando van los pies
a paso de mortífera desgana.
Presiento acá, letal y afín, el ruido
nocturno de saetas, subversivo,
impúdico, doliente, sostenido.
Presiento que ya solamente escribo
desde el ángulo muerto del olvido
para purgar los golpes que recibo.

Alevosa

Ámame alevosa en tres por cuatro,
así el metrónomo de la cadera
como un vals -prima, segunda, tercera-
anúdame a tu piel, hazme teatro.

Ódiame nocturna en pos del doce
con la severidad de tu mirada
que blande apenas por apenas nada
cimitarras que silban sotto voce.

Odiámame en promedio y yo prometo
rondarte como ave taciturna
glosando rima al cabo de la prosa

en tres por cuatro ámame alevosa,
en pos del doce ódiame nocturna
odiámame y es tuyo este soneto.


Los mismos garabatos

En mis desolaciones, ¿qué me espera?... / (ya apenas veo tu arrastrante falda) / una deshojazón de primavera / y una eterna nostalgia de esmeralda (Manuel J. Othón)

Y después vendrá el silencio estridente,
la retirada y las avanzadillas,
después de ti insisten las pesadillas,
los desmayos y el vértigo renuente.

Después de ti y de mí, tan de repente,
la sed enlutará hojas amarillas
y el amor imprudente de rodillas
morirá, de rodillas, imprudente.

Después fermentará la levadura
absurda de la sinrazón impura,
granito en el culo sin feldespatos.

Entre tú y tú la fina línea roja
que sangró (en tinta impresa la congoja)
por dos veces los mismos garabatos.



Mirar de lejos

No esperes ignominias sin revanchas
ni cielos en el fondo del armario
no te cuelgues ningún escapulario
que quieras pretender de quitamanchas.

No sientas desenvolverte a tus anchas
que un ojo entre las cuentas del rosario
te observa y elige de entre el glosario
el verbo que enquista las avalanchas.

También pudiera ser que ebrias mis musas
anduviesen hoy un poco más confusas
de lo normal dictándome consejos.

En ese caso olvida lo que he dicho
que en mi fuero interior reside un bicho
que no sabe lo que es mirar de lejos.




Entre la maleza

Aquí la rosa de la boca estuvo, / marchita ya con tan helados besos; / aquí los ojos de esmeralda impresos, / color que tantas almas entretuvo (Lope de Vega)

Puedo decir que habité la mentira
que lloró entre mis brazos la tristeza
que ciego y desnudo entre la maleza
dancé al compás del fuego de la pira.

Puedo decir, aunque este es mi secreto,
que arrendé una barcaza al can Cerbero
que Estigia huele a semen marrullero
y a brasa de carne de Capuleto.

Puedo decir que he soñado baúles
repletos de fauces y de grilletes
donde he visto dormir a los jinetes.

Puedo decir que he andado sobre azules
turquesa y sobre verdes esmeralda
y grises turbión y caras de gualda.

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