jueves, julio 19, 2007

El capuchino

Sugerente a los sentidos,
delicioso al paladar,
destierren al muladar
sucedáneos parecidos.

Cremoso amor, gozo pleno
artesano y sibilino,
en la vida un capuchino
sin ser fraile fue tan bueno.

De la blanca espuma asoma
-questa opera magistrale-
un motín febril de aroma.

Que en cafés no todo vale,
te lo digo como en Roma:
bocatto di cardinale.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego, el que hizo cuando estabas tu lo hizo con tanto amor, que es el mejor de los que he probado. Siempre hubo clases ... y clases.

Yo creo que lo hizo así para que la proposición de vivir juntos siga en pie!!! Piensate los desayunos que te prepararía....mmmm

Anónimo dijo...

El amor está ahí siempre presente, para todos los que quieran probar mi obra.

El resultado final, por desgracia, no depende sólo de esto (o siempre sería sublime) sino de muchos otros factores que, en ocasiones, no se pueden controlar bien.

Ese día concreto hubo un alineamiento perfecto de los planetas, los hados se pusieron de acuerdo para que todo fuese perfecto. No habría podido hacerlo sin los dos...

Desde luego, el tener estos ripios como respuesta es un magnífico incentivo para seguir perfeccionando la preparación del marrón elemento.

Anónimo dijo...

Públicamente reconozco mi incultura que me hacía ser ignorante del ignorante del significado de la palabra "ripio", y pido disculpas por cualquier clase de daño que dicha alusión hay podido causar a la sensible alma del maestro poeta.

Acepto mofas y escarnios, y prometo compensar el agravio de la manera que sea más adecuada.

selu dijo...

¡Con otro capuchino!

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