Brindo por el flaco, canalla y feo
que hasta el final luchó contra gigantes
por follarse a la chica de ayer antes
de encontrar el sitio de su recreo.
Agárrate fuerte a él, María,
acaso una décima de segundo:
le falta valor o le sobra mundo
para enfrentarse al sol de cada día.
Doquiera haya colgado su guitarra,
allá donde su voz finja canciones
se dejará llevar sin rumbo fijo.
Tantas noches con Marga y tanta farra
desordenadas las habitaciones...
Saluda a Enrique, el dios de los Urquijo.
1 comentario:
Bellísmo¡¡¡¡¡¡ me lo he guardado en mi carpeta de poemas de referencia.
Un saludo desde Bizkaia¡¡¡¡
Mikel Aingeru
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