Suma y sigue, sigue y suma
el desencanto y el vilo,
la imprudencia de un sigilo
que ya espanta más que abruma.
Resta y sigue, sigue y resta
el tiempo calma al oficio,
culpa a la culpa el cilicio
sustrae, espera indigesta
a la sentencia prohibida,
celda número siete
del corredor de la vida.
Dicta el blues al clarinete:
guardo el amor y la herida
en un sobre sin membrete.
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