No restándole otra opción que asumir el rol de voyeur, peeping Hitch 1 nos brinda en este film una prodigiosa secuencia, posiblemente una de las más eróticas y sensuales de la historia del cine, rodada en una sola toma, en la que Bergman y Grant se besan, se acarician, se susurran, se muerden, se electrizan, se hacen arrumacos, se poseen y se desean, todo al mismo tiempo. Tan sólo 50 años separaban el fugaz beso de May Irwin y John C. Rice del beso eterno entre Devlin y Alicia. Además de lamentar profundamente no ser él quien explorase los vericuetos de los labios de la actriz, el maestro hubo de asumir el desafío de burlar los controles de la terca censura de la época −aquí código Hitch llamando a Hays−, que no consentían que un beso en pantalla se exhibiese durante más de tres segundos. El director ganó la partida con creces. Ingrid Bergman lo rememoraba así en sus memorias:
Un beso sólo podía durar tres segundos. Nos besamos y hablamos, nos separamos y volvimos a besarnos. El teléfono medió entre nosotros y nos trasladamos al otro lado del aparato. Fue un beso que empezaba y concluía: los censores no tuvieron motivo para suprimir la escena, porque nunca nos besábamos más de tres segundos. Hacíamos otras cosas: nos mordisqueamos las orejas y besamos la mejilla, por lo cual pareció interminable y se convirtió en la sensación de Hollywood.
El antológico beso de Encadenados (que no es uno, sino muchos y bien salpimentados) acontece en la suit de un hotel de Río de Janeiro. Comienza en la terraza, donde la cámara alcanza a los amantes casi acariciándolos con un zoom diurno y alevoso mientras planifican los pormenores de la cena, para luego perseguirlos sin cortes hasta el interior de la habitación, observarlos en escorzo en tanto el cable del teléfono −símbolo último del trío que sólo pudo acontecer en la mente del cineasta− se enreda entre sus besos y finalmente despedirlos hasta la noche, momento en que desgraciadamente el pollo cocinado por Alicia no encontrará la receptividad convenida. Lo más significativo de la secuencia, dejando de lado su carga pasional, es que es siempre Ingrid la que lleva la iniciativa amatoria porque es ella la que se ha doblegado desde el principio a los encantos del galán, en cuyo interior compiten vehementemente la química salvaje que desata en él la sueca con una profesionalidad ineluctable.
Sin embargo, no fue el obstáculo del beso el único que el film tuvo que sortear en su periplo hacia las pantallas. El guión de Encadenados hubo de ser sometido a diversas revisiones por parte de los censores de la Oficina Breen, pues la presentación que en él se hacía del personaje de Alicia como una mujer promiscua y licenciosa atentaba directamente contra el espíritu moralizante del Código Hays. Tras la presentación de la primera versión completa del guión para obtener la licencia de castidad necesaria para la exhibición del film, la RKO recibió la siguiente respuesta:
De nuevo deseamos subrayar el hecho de que antes de que esta película pueda ser aprobada, será necesario modificar las insinuaciones todavía presentes en relación a que su protagonista principal es una mujer de hábitos sexuales relajados. Esta sensación se desprende no sólo por el hecho de que en el inicio del filme se sugiere que está viviendo con un hombre, sino por las numerosas acusaciones e imputaciones que, en tal sentido, le hacen un gran número de personas a lo largo del guión y que no son negadas [...]
Incluso así, después de que Ben Hetch hubiese reescrito varias de estas polémicas escenas, el montaje final de la película fue nuevamente censurado y la RKO obligada a suprimir algunas de las más provocadoras de la secuencia de la fiesta en el apartamento de Miami, en que aparentemente Alicia mostraba aún flecos de moral disipada y comportamientos sexuales implícitos que podían hacer zozobrar al sufrido espectador.
Tras Encadenados la adorable Ingrid acabó Atormentada con Hitchcock y después marchó a Italia a rodar (por la hierba) con Rossellini, de quien concibió una hija (la también actriz Isabella Rossellini) sin haberse casado, hecho este que le cerró definitivamente las puertas de un Hollywood retrógrado y puritano hasta extremos insospechados. Hitchcock, lejos de arrojar la toalla, encontró una nueva musa rubia en la angelical Grace Kelly, princesa futura de Mónaco y sempiterna de cualquier cuento de hadas... pero esa es otra historia (y no la última, pues aún después habría de torturar con pájaros voraces y demás chantajes emocionales a Tippi Hedren).
1.En inglés la palabra hitch es un sustantivo que significa problema, dificultad o contratiempo. Al adoptar sólo la primera mitad de su apellido, Hitchcock se despojó del cock, jerga inglesa para designar al pene. Realmente Hitchcock era una auténtica polla en apuros
6 comentarios:
El beso descrito es como una mujer que insinúa... el guante de Gilda. En realidad tiene en común con el primer beso de la historia del cine su forma de acariciar la comisura de los labios. Suave, lento y, aparentemente, superficial. Una delicia.
By Misly
Creo que esta es la tercera entrada sobre momentos digamos...excitantes, de la historia del cine. ¿Estamos preparando o publicando por capítulos la otra c del celuloide?
Por cierto, cuando sepas algo de la otra c, por favor, prepara el terreno antes de dar la buena noticia, que no me puedo permitir emociones muy fuertes :-)
Jajaja, veo que no se te (perdón, "os") escapa una. Sobre la primera de las "ces" no tengo novedades, como puedes imaginar. A este paso a la gente se le va a olvidar lo que era Manderley (¿o era Granada?) y habrá que reescribir otro prólogo.
Con respecto a la segunda, me limito a seguir la (im)popular "técnica Zapatero": yo lanzo la idea y me siento a observar las reacciones de los (e)lectores mientras me rasco los huevos. Pero creo que el avance ya ha sido suficiente (bueno, a lo mejor uno más...)
¡No puedo tener dos partos en el mismo año! así que, quien no sepa lo que es Manderley-Granada que lo busque o te lo pregunte.
Estaría muy bien uno más...¿con un piano? o si no, me viene a la memoria algo que sale de una barriga...¿por qué será?
Lo de los "tocamientos de piano" está "in progress". Lo de las bragas de la Ripley fue lo primero que escribí. No sé, no sé... ¿Qué tal un western?
No es justo!! Misly te ha tenido toda la semana... Escribe algo ya, que disfrutemos los demás un poco!!!
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