martes, octubre 17, 2006

Granada

Si le prometo una canción
sencilla y en modo mayor
pero que salga del alma,
bríndeme usted la ocasión
de demostrar mi admiración
por su hermosura innata.
Lléveme hasta el Sacromonte
a contemplar el horizonte,
que el Darro fluya por mis venas,
que la Alhambra ahogue mis penas,
que el Albayzín sea testigo
de este sueño compartido
que es la dama de mi vida,
Señora de las Angustias
que las flores no están mustias
en esta ciudad bendita,
en esta ciudad querida.

Si le prometo una canción
escrita con el corazón
de rima fácil y llana,
ofrézcame usted con amor
la luna mora y el color
del tibio sol de mañana.
Quisiera ser firmamento
para envolver su cimiento.
Y Lorca mira ¿qué mira?
Si lo que digo es mentira
que entuerte el arco de Elvira,
que se caigan los balcones,
que enmudezcan los gorriones,
que lluevan gotas de plomo
veinte años más sobre mi lomo,
que encuentre un amante mejor.

No tiene usted que pagar,
sabe que la invité a cenar
y la sacaré a bailar
y al llegar la madrugada
iremos juntos a soñar.






2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabes? un día pensé en Granada
y sólo pude decir:

Te odio,
por quererte
en Madrid,
Paris,
y Turín

Anónimo dijo...

Vaya dos enamorados de la ciudad con los mejores atardeces del mundo (aunque los amaneceres tampoco están nada mal). Después de lo dicho por ustedes no me queda más que decir...

redes