Puedo decir que habité la mentira
que lloró entre mis brazos la tristeza
que ciego y desnudo entre la maleza
dancé al compás del fuego de la pira.
Puedo decir, aunque este es mi secreto,
que arrendé una barcaza al can Cerbero
que Estigia huele a semen marrullero
y a brasa de carne de Capuleto.
Puedo decir que he soñado baúles
repletos de fauces y de grilletes
donde he visto dormir a los jinetes.
Puedo decir que he andado sobre azules
turquesa y sobre verdes esmeralda
y grises turbión y caras de gualda.

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