I
Soy de quien huye hacia mí, de quien mora
los turbios dédalos de mi cabeza,
soy de quien alicata mi tristeza
con sonrisas robadas a la aurora.
Soy de quien se acurruca a mi costado
mordiendo los silencios infinitos,
de quien calma el picor de mis pruritos
con inyecciones del mejor pecado.
Soy de quien me conserva en la memoria
sin edulcorantes ni aditivos
y me amordaza con cada latido,
de quien gira a mi ritmo en esta noria,
de quien paga con besos mis recibos,
soy de quien nunca fui y siempre habré sido.
II
Soy de quien me cuestiona y me resuelve,
de quien me tiende el plato y la cuchara,
de quien envida al juego y equipara
lo que me quita y lo que me devuelve.
Soy de quien me ilumina y me oscurece
cuando es gris el sol y clara la luna,
de quien reivindicó que mi fortuna
tanto más vale cuanto más escuece.
Soy de quien merodea por mi vida
a gatas, persiguiendo conclusiones
sin entender nada de lo que apunta,
soy de quien compromete la partida
por alejarme de los nubarrones.
Responda cada cual a la pregunta.
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