domingo, marzo 30, 2014

That evening sun/Ese sol crepuscular (Old Crow Medicine Show)


Los perros callejeros andan ladrando,
las gallinas cacarean por el carril,
y yo me siento como ese inconformista
que arrastra su triste y sordo estribillo,
con el sol cayendo sobre mis hombros,
merodeando por la explanada como un baldío
que se marchará de aquí mañana,
que tomará un vagón vacío.  

Hay un millar de constelaciones
poblando ese cielo esplendoroso, radiante,
pero la Tierra es solo una estación
en aquella línea solitaria y rutilante.
Silba una bocina lejana 
sobre un tramo de vía oxidado
y me doy cuenta de que no soy más 
que un vagón carbonero vacío
en un tren que jamás regresará.  


Detesto ver cómo va apagándose ese sol crepuscular,
su solitaria presencia sobre mi rastro,
pero sé que este tren habrá de conducirme a mi destino
aunque deteste ver cómo va apagándose ese sol crepuscular.


Los andenes tienen sus farolas
y la ciudad su resplandor,
y la luz de luna acompaña
el discurrir de la sombra del pobre muchacho,
mas nadie puede asegurarle 
que la noche volverá a traer el sol de la mañana,
y mis ojos no han conseguido adaptarse
a este oscuro rostro que me ciñe. 


Detesto ver cómo va apagándose ese sol crepuscular,
su solitaria presencia sobre mi rastro,
pero sé que este tren habrá de conducirme a mi destino
aunque deteste ver cómo va apagándose ese sol crepuscular.


La noche te hace sentir solo.
En pos de ese primer sol de la mañana,
de la luz sobre la locomotora
extendiéndose hasta el amanecer,
puedes pasar la vida entera corriendo
por ramales oxidados de ferrocarril,
persiguiendo el ocaso
bajo ese cielo oscuro y ondulante.


Detesto ver cómo va apagándose ese sol crepuscular,
su solitaria presencia sobre mi rastro,
pero sé que este tren habrá de conducirme a mi destino
aunque deteste ver cómo va apagándose ese sol crepuscular.


No hay comentarios:

redes