viernes, noviembre 03, 2006

Oración

Líbrame Señor del ruido
que atormenta mis oídos,
de los vivos conocidos,
de los yerros de Cupido.
Líbrame de la opresión
que se afinca en mi garganta
que por eso ya no canta.
Bríndame la inspiración.
Róbame la egolatría
de un tirón, sin importarte
la doblez también llevarte
y dejarme en minoría.
Líbrame Padre del mundo,
despelléjame la ira,
da la vuelta, ven y mira
lo que pasa en un segundo.
Fortaléceme en la espera,
olvida mis cien pecados.
Si no juegas a los dados
pon flores en la trinchera.
Líbrame Dios del fracaso,
de este dolor enfermizo
que por romper el hechizo
más que triste es sadomaso.
Prevenme como al patriarca
cuando venga el aguacero:
yo seré aquel carpintero
que alma infundiera al Arca.
Sácame del laberinto
donde toman quienes dan,
sea tu cuerpo mi pan
tu sangre mi vino tinto.
Cose Señor las heridas
del puzzle de los Balcanes,
muerde las balas perdidas
en los pueblos musulmanes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué suerte la tuya creer en Dios y que desgracia la mía que tú creas en Dios!

Anónimo dijo...

Oh! Señor, no le libres de nada...haz que aprenda a vivir en este mundo!

Mar-ia dijo...

Oración

A vosotros,
que cortáis la manzana de la muerte
con el anonimato de una guerra,
os pido caridad.


Por un Dios
en el que jamás he creído.
Por una Justicia
de la que desconfío.
Por el orden de un Mundo
que no respeto.

Para que renunciéis a vuestra guerra
yo renuncio a mis dudas,
que son parte de mí
como la luz amarga es parte del otoño.

Y escribo Dios, Justicia, Mundo,
y os pido caridad,
y os los suplico.

Luís García Montero


Son dos formas de entender el mundo y yo comparto la forma de Luis García Montero, porque yo ruego a los hombres y que actúen por ellos y si ese no es motivo suficiente que actúen por su dios.
Aquí, no comparo estilo literario ni mucho menos, dios me libre. Comparo la filosofía que se esconde tras la oración, sin más.

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