Ciencia, hija nata del Tiempo, profeta
que al cabo de tus ojos todo alteras
¿por qué arrancas el alma del poeta
cual buitre de alas torpes mas certeras?
¿Cómo amarte o cómo juzgarte sabia
quien presa tuya en su deambular
ni con terca ala alzándose en su rabia
puede el tesoro del cielo atrapar?
¿No hurtaste del carro a Diana y con ella
del bosque a la Hamadríade raptaste
en pos de mayor gozo en una estrella
y de la riada a la Náyade echaste,
de la yerba al Elfo y a mí del lindo
ensueño estival bajo el tamarindo?
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