jueves, agosto 09, 2007

Ave Maria

Sálvala, Dios, de este amor
que más que amor ya es audacia
¿o es que acaso tiene gracia
que esté con ese Señor?

De entre todas las mujeres
quiso a la más bendita
aunque en la última cita
nunca aparentas lo que eres.

De tanto quererla tanto
de su vientre deseó el fruto
sin temer en absoluto
que un ave de mal agüero,
quizá un espíritu santo,
profanara su agujero.

Mejor que rogar por mi,
pecador impenitente,
búscame en el bar de enfrente
e invítame a un rosolí.

Mejor que rogar ahora
por un alma sin remedio
libérame del asedio
cuando me llegue la hora.

Que habrá quien llore infinito
mientras me llevan al horno,
que más que pavor bochorno
sentirían si resucito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cambio de luck...

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