lunes, agosto 13, 2007

La oscuridad

No tengo miedo a hacer mutis
por el foro hacia el averno,
eso sí, que sea en invierno
que es más sano para el cutis.

No me acojona el deceso
doloroso de las cuatro,
pero me aterra el teatro
amateur del postrer beso.

El óbito repentino
c'est a dire, kaput sin más,
como el mito de Jonás
tiene un encanto anodino.

La muerte no me impresiona
si me sorprende en la cama,
en los brazos de una dama
con ojos de silicona.

Mas si en el acto no muero
que no pida el desayuno
que en casa, sin ser grosero,
sólo hay sitio para uno.

Descansar entre cipreses
soñando con margaritas
hace más cortos los meses,
más llevaderas las cuitas.

Al hexágono acolchado
en que te cruzan las manos
no temo. Temo al chillado
llanto más que a los gusanos.

Sólo me asusta la vida
de rencor contaminada,
me asusta sufrir por nada
con la paciencia debida.

Sólo la vida me asusta
puñetera y mal parida.
Deja la luz encendida.
La oscuridad no me gusta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Insomnio

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