por no extrañar el mar llora salado,
guarda arena en el bolsillo del lado
del corazón en la camisa, día
a día busca playas sobre el cemento
deshumanizador, tras la jornada
cuando mueren las luces de Granada
algo de ella se apaga en el intento.
Cerrando bares va con alharaca
como cencerro exento de la vaca
febril a la hora bruja del destierro.
O puede que haya equivocado el cuento
y al revés, voto a Baco que no miento,
se sienta como vaca sin cencerro.
1 comentario:
Que bonito.
si es verdad que la falta de mar me hace sentirme en algunos momentos asfixiada y melancólica, pero con la ayuda de los voluntarios de los bares sobrellevo esta carencia.
¡Que seria me he puesto!
Seguiré pensando si soy una vaca sin cencerro o una cencerro buscando un mar en granada.
Muchas Gracias
Pilar A.
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