lunes, junio 02, 2008

En la ciudad de Silvie

Basta con que me soples si me quemo
que vivas por él si mueres por mí
hace tantas corrientes que no remo
que olvidé que no tengo pedigrí.

Me basta el ciego afán de aquel demiurgo
de los perseguidores amateurs
que recorren buscándote Estrasburgo
por si un día vuelves a Les Aviateurs.

Basta con dos palabras: ven conmigo
para perdernos por las azoteas
(j'espere que vous trouvez Silvie, año cero

desde el recuerdo a lápiz de un testigo)
y escribir torcido cuando no me veas
sobre cualquier pared "Laura, te quiero".

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