jueves, septiembre 06, 2007

Pesadillas I: La bola de cristal

Veo un dedo en el gatillo,
veo el deseo hecho prisa,
varios besos de tornillo,
la liturgia de una misa

que no requiere oficiantes,
la desnudez prematura
del cuerpo de los amantes
al borde de la locura.

Veo un pubis rasurado
que a golpes, como poseso,
danza al ritmo de un pecado
de plástico o carne y hueso.

Veo dos cuerpos ardientes
entre el placer y el esfuerzo
y unos labios sonrientes
que anticipan el almuerzo.

Veo borrosas figuras
empapadas en fluidos,
veo heridas cuyas curas
sobrepasan los sentidos.

Veo llagas, cicatrices
en una noche de hambruna,
veo que no son felices
cabalgando hacia la luna.

De repente es todo oscuro:
la nube negra en pijama
con el dolor hace un muro
en el centro de la cama,

un muro de soledades
que pus y sangre derrama,
veo claras dos mitades:
el vagabundo y la dama.

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