martes, mayo 27, 2008

De moluscos y frutas

I

No vuelvas -le advirtió el hada madrina-
más allá de la medianoche a casa
si quieres conservar tersa la gasa
del vestido y el cuerpo de bailarina.

No has de romper con sombras el hechizo
que conjuré al filo de mi varita
has de saber, pequeña margarita,
que un error no lo arregla un bebedizo.

Impía usurparé tu mejillón
al cabo de un suspiro de retraso
convirtiéndolo en un dulce melón.

Fuese así la doncella en su carroza
diez corceles iban marcando el paso
del cortejo, blancos de blanca loza.

II

La esperaba un príncipe valiente
a la mesa del ágape sentado
levantóse a festejar tan buen bocado
caballeroso, ufano y diligente.

A los postres, con ella ya rendida
al encanto febril de su presencia,
ordenó sandía con la impaciencia
de quien cree que en ello le va la vida.

Empleóse a esa fruta con tal fruición
que bizca cenicienta musitaba
¿qué no hará el príncipe con un melón?

Cuando haya de volver, mi bien, me avisa
-espetó él- y ella alzó un brindis con cava:
a las mil, juro que hoy no tengo prisa.








4 comentarios:

Pily dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pily dijo...

Contar un chiste en verso,
como lo harían los de antaño,
el reír suena perverso,
mejor lo dejamos para otro año.

Anónimo dijo...

Pero bueno maestro ..., esto es ya el acabose, ¿no? Que si ve usted que se tiene que tomar más tiempo para escribir ...pues nada ... ¡usted se lo toma! y sin problemas ... que más vale desear que ..., ¿no?

selu dijo...

Perdón por el atrevimiento. Se trataba sólo de un ejercicio de estilo. Quería saber si era capaz.

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